Es como dar vida a objetos en un mundo mágico. Usando herramientas digitales, se diseñan formas, se pintan texturas y se añade luz para que todo se vea súper realista.
El proceso comienza definiendo la forma básica del objeto mediante primitivas o esculpiendo polígonos. Luego, se aplican texturas y materiales para dar realismo. Se ajusta la iluminación y las sombras para mejorar la apariencia. Finalmente, se renderiza la escena, generando imágenes o animaciones que muestran el objeto en todo su esplendor tridimensional.
Crear un 3D de personajes es como dar vida a la imaginación. Con herramientas digitales, se modela su apariencia, expresiones y detalles únicos. Se construye un esqueleto virtual para animarlos, dotándolos de movimientos realistas y emociones. El resultado es un personaje tridimensional, capaz de contar historias y cautivar al público en un mundo digital lleno de posibilidades.
